Con el apoyo en posproducción a las cintas Digna...Hasta el Último Aliento, de Felipe Cazals; Adán y Eva (Todavía), de Iván Ávila e Historias del Desencanto, de Alejandro Valle, se agotaron prácticamente los últimos recursos económicos con los que contaba el Fondo para la Producción Cinematográfica, creado en 1998 para financiar al cine de autor y óperas primas.
El Fondo fue inyectado por el entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, con 135 millones de pesos, los cuales sirvieron para ayudar en la producción de más de 40 filmes como Sexo, Pudor y Lágrimas, El Crimen del Padre Amaro y La Ley de Herodes.
Desde entonces, al no estar establecido legalmente su mantenimiento fijo, el Fondo no ha tenido reprovisionamiento alguno.
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